miércoles, 10 de enero de 2007

Sabor a noche.

El ovni amarillento extiende sus miles de dedos y algunos atraviezan mi ventana, con cariño me toca los parpados y seguido de un gesto, bajo de nuevo a la realidad, la misma cama y el cuarto, la ciudad iluminada por la luz real, la energia, las nuevas ganas y caras en el cemento.
Santiago roba unos minutos de mas y abusa de su cama con la pereza encima de el, con un esfuerzo inimaginable termina por levantarse finalmente y pone el pie izquierdo sobre el piso frio. (cuando sale, mira hacia arriba y sonrie, encontró una bella flor.)
Oswaldo saluda al dia desde muy temprano, mira a sus hijos y con ganas se alista para su deber, la misma corbata, el maletín y las llaves, un suspiro.
Claudia nunca le sonrió al sol, con cara de sueño perezea en todos los rincones de la casa: pantalla tras pantalla y la mesa de la cocina son su salvación, Claudia abusa de la noche pero nunca espera al sol, a Claudia le gustan las luces que imitan, prendidas o apagadas.

El ovni se va oscureciendo poco a poco y en el momento en el que derrama sangre y se esconde trás los verdes, en ese momento es el ovni mas famoso, mas visto en el mundo y es que a muchos les gusta ver como muere el dia y lo oscuro se apodera del cielo.

Las camas duermen.

1 comentario:

Santiago Jiménez Ramírez dijo...

No sé qué pasa, pero cada vez me enamoro más de usted, cada vez le temo más.

Cuídese que un día de estos, lo asesino.