domingo, 11 de enero de 2009

DIvAgando en el entretiempo de una suma y un saludo

Hola, dice el que saluda y está atado a las palabras
Hola, dice el que saluda por inercia o simple inapetencia de hablar en otro lenguaje.

Y su beso? lo lanzo al aire.
Aunque mis labios bordeen su mejilla esquiva que Mi beso, al ser auténtico y sincero, no merece.

Se suman los números y en cada uno un costal de recuerdos que los entierra en el suelo ahora esteril que los vio nacer.
Y pasan los pasos por terrenos inanimados
Y pesan los pensamientos inquietos e inacabados
Y penan.
Cada letra tuvo también su número en el tiempo, pero eso lo hace mas complejo.
Cómo regalar segundos? de que manera comerlos?
si la vida es este momento lleno de posibilidades que ya se fue para que llegue otro, similar pero no igual...


Voy a despellejar el hola de mis labios
Voy a saludar con beso, ojos, lengua, tinta, caricia, abrazo, golpe, verso, calor, hálito, gesto o mueca, espalda o pecho...

o en su defecto un frio, común, inerte y seco "Hola" siempre que siga atado a las palabras.

(o hasta que el "saludado" pueda comprender que lo que se siente dentro está escrito con un lenguaje donde las palabras solo son puntos o comas, putos puntos, carcomidas comas.)